
Retrato y Fotografía Pedagógica
La fotografía como herramienta o actitud pedagógica es algo que normalmente no usamos o que no nos damos cuenta que existe ya que normalmente asociamos una fotografía a guardar un recuerdo o algo que nos ha gustado y nos apetece recordar para la posteridad. También sirven para mostrar algo a la sociedad (o a nosotros mismos), ya sea para quedar bien, para subirse la autoestima o para que aprecien algo que a nosotros nos ha gustado y lo disfruten ellos también.
Lo cierto es que la fotografía no es solo eso, si no que es mucho más de lo que nos creemos, ya que no solo sirve para capturar momentos, sino que también sirve para observar a los demás y los sentimientos que transmiten sus miradas y gestos. La fotografía además tiene la capacidad de congelar un momento concreto y guardarlo para la posteridad como ya dije anteriormente.
La fotografía pedagógica es una herramienta educativa que podemos usar en diversos momentos, ayudando a los alumnos a ver más allá de la realidad, desarrollando la creatividad y exploración del alumno. Nosotros como maestros podemos enseñarles que a través de la fotografía pueden obtener habilidades nuevas como la observación y la reflexión. Es por eso que la fotografía pedagógica va más allá de lo que es un arte visual, ya que trabaja tanto la experiencia personal como la introspección personal.
La primera experiencia que tuvimos fuera del aula fue el día 11 de octubre, llamada “fotografía urbana”. Esta experiencia consistió en ir más allá de lo cotidiano, trabajando sobre todo el saber sacar pequeñas cosas de la imagen que al final conforman un conjunto que hace que una foto sea única y tenga una historia propia. Durante cerca de 3 horas trabajamos como salir de nuestra zona de confort al hacer fotografías, yendo más allá de lo cotidiano, enfocándonos en los detalles e historias más pequeñas, aprendiendo nuevos aspectos sobre la fotografía. También trabajamos con la luz, el contraste y el movimiento. Estos aspectos son muy importantes a la hora de enseñar a los alumnos ya que con ellos pueden descubrir cómo una misma fotografía puede tener distintos significados dependiendo de cómo se realice.
La siguiente actividad que realizamos fue la de ponernos todos la misma prenda de ropa y echarnos cada uno una foto personalizada. Esta actividad me parece imprescindible para una clase de primaria y a nivel pedagógico ya que estamos enseñando muchas más cosas de las que nos creemos, como son las diferentes miradas que puede tener una persona, diferentes actitudes, rasgos, ver que colorimetría le sienta mejor y aprender que cada persona es única y diferente y que por mucho que se vistan igual cada uno tienen su luz propia. Además, la prenda que nos pusimos era un abrigo de pelo que empoderaría a todo el mundo, sacando lados muy diferentes de cada persona.
La última actividad que realizamos, llamada "Retratos" consistía en trabajar con diferentes prendas de ropa que nosotros mismos traíamos de casa para que otras personas se las pusieran y ver como esas prendas en otras personas, con diferentes luces y ángulos, conformaban historias muy diferentes. Haciendo ver a los alumnos como una ráfaga de fotos de una misma persona de diferentes formas puede contar historias que van más allá, transformando a esa persona en lo que nosotros queremos que el espectador vea.
Para terminar, he de decir que gracias a las experiencias que estoy viviendo con el mundo de la fotografía, usándola además como herramienta pedagógica me ha permitido descubrir que esto va mucho más allá de lo que muchos de nosotros creíamos, siendo este un gran recurso pedagógico en el que también pueden desarrollarse personalmente, aprendiendo a reconocer las emociones de los demás a través de gestos o detalles. Todo esto abre una puerta a que los alumnos desarrollen mejor su capacidad de observación, creatividad y reflexión (o autoexpresión), saliendo totalmente de nuestra zona de confort, viendo como la fotografía tiene el poder de revelar múltiples miradas y significados.
En conclusión, cuando la fotografía se aplica a la educación no solo estamos trabajando el lenguaje visual, sino que también ayuda a desarrollar la empatía, la introspección y la sensibilidad artística en los estudiantes. Si todo esto lo usamos de manera correcta podremos transformar la forma en la que los alumnos ven el mundo.